Exploring the biblical theology of Christian egalitarianism

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Hecho a la imagen de Dios (Génesis 1:26-28)

Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra.
Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.
Génesis 1:26-28 LBLA

¿Imagen y género?

Con frecuencia escucho discusiones sobre lo que significa que los seres humanos, hombres y mujeres, sean creados a imagen de Dios. A menudo estas discusiones son sobre el género, la masculinidad y la feminidad, porque algunas personas creen que estas declaraciones en Génesis 1:26-27 tienen implicaciones para el género de Dios.

Yo no creo que el hecho de que los humanos sean hombres y mujeres a imagen de Dios diga mucho sobre el género, ni de Dios ni del nuestro. En cambio, creo que la imagen de Dios tiene que ver con que los humanos gobiernen como sus regentes y representantes. Creo esto por dos razones.

Dominio sobre todos los animales

Creo esto, en primer lugar, por lo que Dios dice sobre la posición y función de la humanidad en el versículo 26. Inmediatamente después de decir “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”, Dios dice “para que gobierne sobre los peces del mar”, etc. Esta idea de que el hombre gobierne sobre los animales, sobre toda clase de animales, se repite en el versículo 28.

Según la Biblia, solo los humanos están hechos a imagen de Dios. Esto nos hace superiores a todos los demás animales y nos hace responsables de ellos. Génesis 1 no nos dice cómo debemos gobernar a los animales, pero imagino que significa que debemos utilizar nuestra posición y poder para cuidar de ellos y de su hábitat, y no explotarlos cruelmente o sin necesidad.[1]

Representantes y regentes de Dios

La segunda razón por la que creo que ser portadores de la imagen de Dios significa ser sus regentes se debe a cómo se utilizaban a veces las imágenes en el Antiguo Cercano Oriente Próximo (ACO). En el ACO (el escenario de la mayoría de las narraciones de la Biblia hebrea), los reyes de vastos imperios a veces erigían imágenes de sí mismos en áreas donde no estaban físicamente presentes. Estas imágenes representaban “su poder y su dominio sobre zonas de gran alcance de sus imperios”.[2]

Como portadores de la imagen de Dios, somos representantes de Dios y de su dominio en la tierra, aunque él no esté físicamente presente.

Iguales en su ser e iguales en su función

En Génesis 1:26-28 se nos dice que en la creación había una diferenciación sexual entre los seres humanos; había un macho y una hembra. Sin embargo, no se menciona ninguna diferencia en su estatus o propósito. Según Génesis 1, los hombres y las mujeres son iguales en su ser e iguales en su propósito o función; ambos sexos son portadores de la imagen de Dios, a ambos sexos se les ordena procrear, y ambos sexos deben tener dominio sobre los animales[3].

No hay ninguna indicación de que el hombre o la mujer tengan una responsabilidad mayor o menor en el cumplimiento de los mandatos de Génesis 1:28. Y nótese que, mientras que a los hombres y a las mujeres se les ordena gobernar a los animales, en ninguna parte de este capítulo, o del siguiente, se dice que unos humanos debían gobernar a otros humanos. Según Génesis 1, los hombres y las mujeres comparten la autoridad.

Conclusión

Génesis 1:26-28 no nos habla del género, excepto para mostrarnos que, al principio, los humanos masculinos y femeninos tenían el mismo estatus, la misma autoridad y el mismo propósito. Los humanos fueron creados para ser representantes de Dios en la tierra y para gobernar como sus regentes.


Notas a pie de página

[1] Nótese las palabras de Dios a los primeros seres humanos sobre el alimento: “Les he dado toda planta que da semilla sobre la faz de toda la tierra y todo árbol que tenga fruto con semilla. Les servirán de alimento” (Génesis 1:29). No se menciona el consumo de animales. Sin embargo, esto cambia después del diluvio (Gn. 9:3-4).

[2] Richard Hess, “Equality With and Without Innocence” in Discovering Biblical Equality: Complementarity without Hierarchy, [“Igualdad con y sin inocencia” en Discovering Biblical Equality: Complementariedad sin jerarquía], Ronald W. Pierce y Rebecca Merrill Groothuis (eds.) (Leicester: InterVarsity Press, 2004) 79-95, 81. En la misma página, Hess señala además que el énfasis en Génesis 1:26-28 es “en el gobierno de la creación a través de la administración”.
Otras culturas, antiguas y modernas, también tienen imágenes de sus monarcas y gobernantes—en estatuas, retratos, monedas, sellos—que representan su autoridad.

[3] El modo en que los individuos y las comunidades cumplen su vocación y los mandatos de Génesis 1 puede variar enormemente.

© Margaret Mowczko 2020
Traducción al español de Carolina Herrera de Angulo
Una versión de este artículo en inglés puede ser leída aquí.

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Foto de Louis de Pexels

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